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Neurofilamentos en Esclerosis Múltiple

Los neurofilamentos son productos que resultan de la degradación axonal neuronal.

25 Nov 2021

Este hecho los convierte en marcadores de neurodegeneración y de ahí su potencial uso en Esclerosis Múltiple (EM), que es una enfermedad que cursa con daño axonal desde sus estadios iniciales. Se piensa que puedan emplearse en EM con fines diagnósticos, pronósticos y elección del tratamiento adecuado.

No son exclusivos de EM: están presentes en otras enfermedades neurodegenerativas, en traumatismos craneoencefálicos, asimismo aumentan con la edad, sobre todo a partir de los 60 años.

Los neurofilamentos se detectan en líquido cefalorraquídeo (LCR) y según los estudios aparece en concentraciones similares en sangre, facilitando así la obtención de muestras para su estudio al obtenerse por métodos poco invasivos y no agresivos para el paciente.

Se han visto niveles más altos de neurofilamentos en relación con mayor grado de atrofia cerebral, actividad clínica de la enfermedad (brotes), actividad radiológica (lesiones de nueva aparición en RNM de cráneo y lesiones captantes de gadolinio). Asimismo sus niveles disminuyen con los tratamientos específicos para la EM, llamados fármacos modificadores de la enfermedad (FME). En cuanto al tipo de EM y la progresión de la discapacidad, no hay resultados concluyentes al respecto. También tiene utilidad en el embarazo, donde se ha observado, en comparación con embarazadas sin EM, que hay niveles más altos de neurofilamentos en el 1º trimestre, y en el 3º trimestre están más disminuidos, salvo en los casos que tienen actividad durante el embarazo y este nivel de neurofilamentos se mantiene durante el puerperio.

La determinación de neurofilamentos no está disponible en todos los centros y es costosa, por lo que de momento queda restringido para uso de investigación y no está disponible en la práctica clínica habitual. Otras limitaciones que tiene su uso, tal como se ha indicado anteriormente, no son exclusivos de EM, sino que están presentes en otras patologías y tiene relación con la edad. Por ello es necesario establecer puntos de corte por comorbilidad, edad, raza, estadio de EM, forma clínica, tratamiento específico, uso de corticoides, etc.

A pesar de las dificultades y limitaciones de la determinación de neurofilamentos, parece que pueda ser un buen marcador en EM y que nos permita diferenciar brote de pseudobrote, predecir la atrofia cerebral, paso de síndrome clínico aislado (CIS) a EM, así como de síndrome radiológico aislado (RIS) a CIS o EM y monitorizar la eficacia del tratamiento elegido.

En definitiva, los neurofilamentos pueden ser un marcador que nos permita monitorizar individualmente a cada persona, permitiéndonos dar mejor asistencia a los pacientes con EM.

Fuentes

  1. Determinación plasmática de neurofilamentos como biomarcador en la esclerosis múltiple: conclusiones del foro EMotion. Meca-Lallana V., et al. Rev Neurol 2021; 79(3): 101-110.