Terapias para la esclerosis múltiple

En la terminología en inglés, que es la que más se usa en el ámbito científico, suele usarse el acrónimo CAM (complementary and alternative medicine) para referirse a estas terapias para la esclerosis múltiple.

El inconveniente que algunos expertos plantean a esta denominación es que mete en el mismo saco dos tipos de terapias diferentes:

1. Terapias alternativas- Se presentan como tratamientos que sirven para manejar la enfermedad, dejando de lado la medicina convencional, con los riesgos que esto acarrea.
2. Terapias complementarias- Son diversas disciplinas que fuera de la medicina convencional o solo indirectamente relacionadas con ésta, sirven de apoyo a los pacientes en su calidad de vida y en el manejo de los síntomas.

En realidad, la inmensa mayoría de los pacientes recurre a las CAM como tratamientos que complementan la terapia indicada por su equipo médico, y creen que tanto la medicina convencional como la complementaria son beneficiosas.

Biorretroalimentación

La biorretroalimentación es un método en el cual se analizan intentos de controlar el cuerpo mediante un acto de voluntad. Las sociedades científicas han cuestionado la falta de estudios adecuados que respalden su utilidad.

Ginkgo biloba

No se considera que este extracto de fitoterapia tenga efectos sobre la función cognitiva (concentración, atención), pero sí podría ser una forma de aliviar la fatiga, de acuerdo con las sociedades científicas.

Masajes

Se trata de una disciplina diferenciada de la fisioterapia en sentido estricto. En esta categoría se incluyen masajes relajantes e incluso la reflexología o “terapia por presión”, que puede resultar útil para reducir las parestesias asociadas a la esclerosis múltiple.

Magnetoterapia

Este es un término tipo cajón de sastre en el cual se incluyen varias técnicas:
1-Estimulación magnética transcraneal (TMS)
2-Campos magnéticos pulsantes (PMF)

La idea es que provocan respuestas fisiológicas que pueden ser útiles para establecer dónde hay disfunciones corticales.

Se ha visto que estas terapias para la esclerosis múltiple pueden tener utilidad para reducir la fatiga en la forma remitente-recurrente.

Vitamina D

Hay numerosos estudios que constatan que la vitamina D (o la falta de la misma) desempeña una función en la progresión y el pronóstico de la esclerosis múltiple. Aunque se recomienda medir esos niveles como parte de la analítica de los pacientes, no está indicado el empleo de suplementos de vitamina D como terapia de la esclerosis múltiple de forma sistemática.

Dietas específicas para la esclerosis múltiple

Con la evidencia científica en la mano, la mejor recomendación es llevar una dieta sana que favorezca el bienestar y la buena forma física. Debe ser variada, con predominio de frutas, verduras y cereales integrales y pocos azúcares y grasas procesadas, que aporte los nutrientes necesarios.

Mindfulness

El mindfulness es una técnica que puede ser un apoyo en la terapia de la esclerosis múltiple, mejorando la calidad de vida, reduciendo el riesgo de depresión y ansiedad.

Hay estudios que han asociado el mindfulness con:

• Control del dolor
• Control del estrés
• Control de la ansiedad
• Manejo de la depresión
• Mejor calidad del sueño

El británico Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica (NICE) lo recomienda como estrategia para prevenir la depresión en personas que ya han padecido la enfermedad en algún momento del pasado.

¿Qué hacer con esta información?

Las terapias complementarias son un territorio relativamente poco estudiado. No hay muchas evidencias científicas en cuanto a su seguridad o efectividad. Muchos estudios incluyen pocos pacientes o arrojan conclusiones ambiguas. No obstante, muchos pacientes recurren a ellas porque les resultan útiles y mejoran su bienestar.

Cuando las considere, las sociedades científicas recomiendan sopesar:

• ¿En qué consiste la terapia?
• ¿Cómo se supone que funciona?
• ¿Cuál es su coste?
• Su seguridad: ¿podrían interactuar con la terapia que está recibiendo?
• Su eficacia

Mantenga informado a su médico de todo lo que tome o de las terapias. No compartir esta importante información “equivale a pedir a su equipo que le trate con los ojos vendados”, según las sociedades científicas.

No abandone la terapia convencional, que sí cuenta con el aval de estudios que analizan a poblaciones amplias de pacientes y es aceptada por la comunidad médica.